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ENERGIA 0

 

CONTEXTO Y OBJETIVO GENERAL

El sector de la edificación es responsable de aproximadamente el 40% del consumo energético de la Comunidad Europea, que se traduce tanto en impactos medioambientales relevantes (con emisiones de CO2 asociadas del 36%), como en unos costes operativos relevantes, tanto a nivel macro, como edificio a edificio. Estos valores se pueden segregar por sectores; en España, los aproximadamente 100km2 existentes de superficies de oficinas son responsables del segundo mayor consumo energético en la edificación (solo por detrás del residencial, que tiene una superficie construida más de 20 veces mayor).De datos oficiales de IDAE (Ministerio de Industria, Energía y Turismo), en España el consumo medio de edificios de oficinas es de 230kWh/m2 año. Esto es más de 4 veces superior al límite propuesto como edificios de energía cero (nZEB en sus siglas en inglés) de uso terciario en España (con un valor orientado de 50kWh/m2 año de consumos de energía final de fuentes no renovables, que normativamente deberá ser de obligado cumplimiento a partir del comienzo del 2019).

 

La normativa española vigente no define los valores absolutos generales en cuanto al consumo energético máximo de edificios terciarios. El valor máximo se obtiene a partir del diseño, ubicación y uso concreto mediante el cálculo de comportamiento de llamado ‘edificio de referencia’. Para el edificio que nos ocupa, para el cumplimiento normativo el valor máximo de consumo energético está en torno a 115kWh/m2, año. Un edificio de estas características tendría la clasificación B, la más baja que la actual normativa contempla para edificios nuevos de uso terciario. El edifico de clase A se caracterizaría por un consumo en torno a 80kWh/m2, año, de energía no renovable, mientras que un nZEB situamos en 50kWh/m2 año, aunque este último valor no está definido formalmente por la normativa.

 

ESTRATEGIA

En éste contexto, alcanzar un edificio nZEB requiere que el vector energético no sea una capa añadida al diseño del edificio y sus instalaciones, si no que sea una variable condicionante que, junto al programa, la imagen, o el presupuesto, configure la solución final. El proyecto persigue en todo momento la integración a la arquitectura de todas las tecnologías, a la vez que se refuerzan todos los aspectos pasivos de la misma. Para ello se plantea un proceso que contemple, ordenadamente pero sin perder de vista el conjunto y de forma holística.

Esto supone 4 pasos en la fase del diseño arquitectónico del edificio:

 

           

 

Orden de actuaciones dentro del proyecto               

 

 

Estrategia para conseguir ZEB. En 1ª instancia reducción del consumo, en

2ª producción de energía con  recursos disponibles in situ

 

Paso 1. Reducir las demandas energéticas del conjunto en base a soluciones pasivas orientadas y un diseño planteado para el uso y en la zona climática de referencia.

Paso 2. Implementar unos sistemas energéticos que, dando respuesta óptima al confort de los usuarios, sean altamente eficientes, tanto en diseño como en operación.

Paso 3. Hacer funcionar el conjunto de edificios de forma más óptima y en sinergia, aprovechando energía residual y trasladándola entre edificios para que se utilice en lugar de perderla.

Paso 4. Dimensionar unas instalaciones de producción de energías renovables, coherentes con el conjunto y que permitan compensar los consumos energéticos requeridos para el uso del conjunto.

Y 3 pasos posteriores referentes a la ejecución, gestión del edificio:

Paso 5. Diseñar e implementar un sistema de gestión energética inteligente que permita gestionar les instalaciones de forma óptima, y proponer soluciones de mantenimiento preventivo.

Paso 6. Supervisar la ejecución en obra, para asegurar la correcta implementación de las soluciones, a través de test de calidad orientados y cuantificables.

Paso 7. Diseñar y ejecutar un plan de medida y verificación que permita establecer, de forma fehaciente con datos provenientes del sistema de gestión, el comportamiento del edificio en su vida útil, y las medidas de optimización en uso.

Dado el impacto de los planteamientos establecidos, se considera que lo anterior debe estar sujeto a una metodología de cálculo y decisión sólidas, y por ello se plantea trabajar con el método de coste óptimo (definido por la CE en la EPBD 2010 ).

De todo lo anterior, el objetivo marcado es alcanzar un conjunto con 50kWh/m2 año de consumos de energía final, que sean compensados con producción de energía renovable, asegurando estándares óptimos de confort (térmico, lumínico y visual) de los usuarios.

 

Finalmente, se plantea un paso añadido que permite migrar del concepto NZEB (near zero energy building) al concepto ZIB (zero impact building) en el que no sólo se alcanza la energía 0 por compensación con las energías renovables sino que además se consigue un edificio con una menor huella de carbono en todas las fases del edificio. Alcanzar esta meta posiciona el edificio como referente en España y en el mundo por su singularidad y por minimizar los costes de mantenimiento del edifico haciendo que la operación a corto/medio plazo sea mucho más rentable llegando a poder reducir el coste de construcción e inversión.

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